viernes, 22 de mayo de 2009

DOS TEXTOS AL AZAR

Pa empezar, mando dos textos escritos hace un tiempo.



¡QUÉ SUEÑO QUE TENGO!

Cuando tengo sueño, lo estiro por toda mi cama.
A veces, el sueño que tengo es de volar: con las piernas estiradas, saliéndose de las fronteras del colchón: me hace sentir como si flotara, muy cerca del piso.
A veces sueño boca abajo. Aquí los primeros que empiezan a soñar son mis brazos.
Antes que cualquier otra parte del cuerpo, ellos avisan con un cosquilleo que se han dormido. Y sueñan, casi siempre, que son libres; y me desobedecen: van de un lado hacia el otro. Y si quiero prender la luz se niegan porque parecen que no pueden dormir con la luz prendida.
Muchas noches, de tanto sueño que tengo, hablo y hablo sin parar. Y a los que hago parar es a los demás, que llegan a mí y me dicen que pare de soñar.
Pero ¿Por qué? ¿Si tengo sueño? ¿Cómo no voy a soñar?
¿Qué hago entonces con el sueño que tengo? ¿Dejarlo huérfano de cama? ¿Cometer un homicidio con café?
Ese sueño que quiere crecer, y cuanto más crece más me pide un lugar dónde ser. Tal vez cama, tal vez sillón. Tal vez colchón de apuntes, colectivo.
No lo puedo dejar. El sueño que tengo desea ser alguien. Ya no quiere ser la amargura del que no puede dormir, y no puede convencerlo de que el negocio está en cerrar los ojos.
¡Qué sueño que tengo! Es ambicioso.
Anhela ir a Francia, conocer a Silvio Rodriguez, ser millonario, ser Francéscoli, ser héroe, villano, cura, streapper, albañil y actor; todo en una sola noche.
¿Cómo no dejarlo ser? Si el sueño que tengo quiere lo mismo que yo.
Si somos amigos.
Yo tengo sueño. Y qué hacer cuando uno tiene sueño, si no soñar.

Sr. Lini





MONO


Hay un mar que no va.
Hay un sí en tu ser.
Hay un “no” que no es.

Ir sin más.
¿A qué?
A dar lo más vil,
lo más ruin
lo ya tan,
lo “no más”.

A ver lo que no sé,
a dar lo que ya vi.

A ser lo que no soy.

El par que no es par…
Un haz de luz;
dos que lo ven,
tres sin sol en su piel…
Cien de sal en el mar.

Son cien y más.
¡Qué más da!
Si son diez,
si son cien,
Si son mil. (*)

Son vos
Sos Dios
Es él
Sos los mil (*)
Sos yo
Soy yo…

Yo.


Juan.



(*) Licencia no-poética

6 comentarios:

  1. Sr. Lini... "Caballero"...
    Celebro la inauguración de este espacio amistoso, sentido, sincero... según Ud., en parte, de agradecimiento, comunión y complicidad (no peronista).
    ¡Y qué maneras de inaugurarlo hombre! Yo también sueño Sr. Lini, o eso intento a veces... y por eso siempre trato de estar despierto para poder hacerlo. En la cama, en los sillones, en los colectivos y/o, las más de las veces, con las manos en un teclado...
    Deseo que siga desafinando, porque, parafraseando al Fander "¿Qué más hacer con palabras deshabitadas, sino 'desafinar'?
    Lic. R.-

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  2. ¡¡Honrado!! Gratamente sorprendido por el comentario del legendario Licenciado R. Gracias por acercarse a esta humilde morada de palabras. Su comentario es un toque de distinción a este blog. Ojalá que siga visitándonos, aunque sea para insultarme.

    Un abrazo

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  3. Alguien que sueña con ser Francescoli, no puede ser mala persona. Tiene amor.

    Bienvenido Lini.
    Por más desafinaciones...

    Don Rodrigo

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  4. En el texto me faltó poner "ser como Don Rodrigo" jaja. Gracias Barrrba. Espero que siga desafinando conmigo.

    Un abrazo

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  5. lo que le falta a su sueño... es probar a repantingarse en el bar de la fiaca.

    he dicho.


    (muy lindo todo, eh?)

    abrazos!

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  6. Uhhh sí, qué loco sería si la gente se pusiera en el bar fiaca, como es el texto.

    La abrazo Cris

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